Esas crisis que la mayoría de la gente considera como escandalosas, como absurdas, yo personalmente tengo la impresión de que sirven para mostrar el verdadero absurdo, el de un mundo ordenado y en calma (...) Los milagros nunca me han parecido absurdos; lo absurdo es lo que los precede y los sigue.
No es que haya que intentar vivir, puesto que la vida nos es fatalmente dada. Hace rato que mucha gente sospecha que la vida y los seres vivientes son dos cosas aparte. La vida se vive a sí misma, nos guste o no (...) Probablemente de todos nuestros sentimientos el único que no es verdaderamente nuestro es la esperanza. La esperanza le pertenece a la vida, es la vida misma defendiéndose.
La vida de los otros, tal como nos llega en la llamada realidad, no es cine sino fotografía, es decir que no podemos aprehender la acción sino tan sólo sus fragmentos eleáticamente recortados. No hay más que los momentos en que estamos con ese otro cuya vida creemos entender, o cuando nos hablan de él, o cuando él nos cuenta lo que ha pasado o proyecta ante nosotros lo que tiene intención de hacer. Al final queda un álbum de fotos, de instantes fijos: jamás el devenir realizándose ante nosotros, el paso del ayer al hoy, la primera aguja del olvido en el recuerdo (...) Dar coherencia a la serie de fotos para que pasaran a ser cine significaba rellenar con literatura, presunciones, hipótesis e invenciones los hiatos entre una y otra foto.
No está nada mal la reflexión. Ciertamente la esperanza puede ser uno de los sentimientos más "racionales" y culturalmente sesgados que puede tener el ser humano.
Profundo. La imagen de arriba....;-)